domingo, 27 de mayo de 2012

Tirando la toalla en la batalla de las ideas: "El problema de España son cinco millones de parados, no el modelo de Estado"




"El problema no es el modelo de división territorial y de competencias en España; el problema es la gestión del modelo. La enmienda a la totalidad del modelo de organización constitucional español llevaría a una crisis crediticia y a una crisis de estado sin precedentes. El problema de España son cinco millones de parados, no el modelo de Estado."

Palabras del presidente Feijoo, que está que se sale desde que Galicia es la comunidad con menos déficit de todas las del desastre autonómico vigente, con un 1,61% del PIB en 2011.

Es el discurso de siempre: el problema es de gestión no de ideas. El argumento es gestionando bien no hay problemas. Y tan a gusto. Es la economía, estúpidos, nos dice Feijoo.

Sin embargo, la pregunta es ¿si Cataluña no tuviese déficit dejaría de existir el problema catalán?. ¿Se cumpliría la Constitución en Cataluña gracias al déficit 0? ¿dejaría de haber imposición lingüística?. ¿dejaría de haber corrupción y gasto ineficaz en una región gobernada por separatistas corruptos?, ¿dejarían sus gobernantes de humillar a España y a los españoles?

Reformar un sistema territorial que se ha confirmado en estos 30 años corrupto, ineficaz y dado a la centrifugación de la unidad nacional en beneficio de naciones inventadas e inexistentes, por mucho que se aprueben pírricas leyes de transparencia y estabilidad presupuestaria que no acaban con el protagonismo suicida de minorías separatistas no es necesario sólo por razones de eficacia del gasto público también es una necesidad de higiene, un ejercicio de racionalidad, del sentido común perdido en estos 30 años de desarrollo autonómico que sólo han servido para fomentar la ingobernabilidad de España, el separatismo, el despilfarro y la corrupción.

Si tanto le preocupan los parados al Sr. Feijoo que analice la relación entre una nación fraccionada en 17 taifas, sus duplicidades, despilfarros y corrupción, y sus necesidades de financiación. La financiación de ese sistema la aportamos los ciudadanos y las empresas vía impuestos, recursos que salen de nuestros bolsillos para ir a parar a manos de entidades de las que no nos fiamos, al menos yo no lo hago. En lugar de invertir mis ahorros donde me plazca, tengo que sostener a esta jauria de políticos e instituciones que no me benefician, sino que me perjudican. Ese dinero no es gratis, aunque lo parezca, tiene un gran coste de oportunidad, la rentabilidad que dejo de obtener de mi renta está directamente vinculada al progreso económico. Con mis ahorros, podría comprar una casa, crear un empresa, invertir en acciones de otra, prestárselo al banco para que, a su vez, lo preste a quien lo necesite para rentabilizarlo. Mil opciones para mover un dinero mejor de que lo hace el Estado (incluyendo sus 17 ranchitos).

Por eso ya he calificado, en estas mismas páginas, la política del PP como de izquierdas. En lugar de recortar Estado (y autonomías) promoviendo una reforma constitucional de gran calado que, debido al estado de crisis general,  sería aceptada por una gran mayoría de ciudadanos, se decide aumentar los impuestos para financiar la misma forma de cometer errores. Se asumen los errores del pasado y se nos obliga a un esfuerzo adicional con nuestros impuestos para sostenerlos. Pues oiga, no, no me tome por tonto.

A menos Estado, más progreso. Seguridad jurídica y menos Estado, esa es la receta para progresar. Después que cada cual se busque las lentejas.

2 comentarios:

  1. Las autonomías son el CÁNCER con metástasis que se está devorando a España y a los españoles (y a nuestros bolsillos de paso para meter dictaduras).

    Y me temo que ya no queda ningún partido al que poder votar.

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  2. El complejo de los actuales dirigentes del PP les lleva a tomarnos por tontos. Que sigan vendiendo gestión, ¿Qué gestión?, y dejen la ideología en manos de la izquierda y de los separatistas que ya se encargan ellos de trasmitirla vía escuela, universidad y medios de comunicación.

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