Hoy, y siempre, pero más estos días en que nos quieren hacer tragar el Sortu sapu (en lengua vernácula) la cuestión está clara: o con las víctimas o con la Eta. No hay tercera vía, la equidistancia no ha lugar.
Ya puede ser Alcaraz de tal o cual manera, se le podrá criticar por lanzarse al ruedo de espontáneo y sin muleta sin coordinarse o lo que quieran pero se ha lanzado al ruedo y eso es lo que importa: el coraje para plantarse delante del toro y decirle al Gobierno, a Eguiguren a PaTxi a la Eta y a toda la cuadrilla que hace seguidismo que no pasaremos, que no nos van a dar el cambiazo de paz por indignidad.
No hay paz sin dignidad ni justicia.
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