domingo, 26 de diciembre de 2010

Más de lo mismo

D. Alberto Recarte sigue insistiendo que esto se va al tacho, que hay que tomar medidas y que le horroriza que Rajoy pregunte si  va a haber nuevos recortes.  Propone reformas en los ámbitos fiscales, laborales, financieros y en el sistema de seguridad social. 

Hay que hacerse alguna pregunta, ¿la crisis económica es consecuencia de la crisis del sistema político? , o la ¿la crisis política es consecuencia de la crisis económica? ¿tienen algo que ver?

Un sistema político, que se dice democrático, pero  corrupto e ineficaz  de corte totalitario e intervencionista en la sociedad y, por tanto, en la economía ¿puede ser beneficioso o perjudicial para la economía de los ciudadanos y del país?

La corrupción no es un problema exclusivo de las dictaduras, de hecho ha habido dictaduras con menor nivel de corrupción que en algunas democracias, incluso en el mismo país en distintos momentos del tiempo, como España. Un aspecto imprescindible para evitar la corrupción estriba en tener un sistema legal serio, con separación de poderes, con independencia judicial y fiscal, con leyes duras y cumplimiento íntegro de las penas; pero para evitar la corrupción hay que evitar que haya ocasión de corromperse para lo cual es necesario que no haya quien pueda corromperse ni materia que pueda prestarse a la corrupción.

Si admitimos que el Estado, sea gobierno central, autonómico, provincial o municipal debe tener un papel predominante en nuestra sociedad estaremos abriendo la puerta de par en par a la corrupción. Tendremos miles de sujetos corrompibles y miles de materias sobre las que corromperse.  Si le añadimos un sistema legal permisivo, aliado del poder, nos da el resultado de corrupción generalizada. Es curioso que a mayor proximidad al ciudadano mayor sea el nivel de corrupción, véase el área de urbanismo de los ayuntamientos.

Si reducimos el número de administraciones, administradores y materias administradas, si hacemos a funcionarios y políticos responder con su patrimonio de sus fechorías, si los representantes políticos son elegidos en listas abiertas y pudiésemos llegar a establecer sistemas ágiles de voto electrónico para intentar someter el mayor número de cuestiones a la decisión de los ciudadanos podríamos reducir la corrupción y mejorar, al mismo tiempo, el compromiso de los ciudadanos en la toma democrática de decisiones.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Pura incompetencia

PURA INCOMPETENCIA

Pura incompetencia, el resumen en dos palabras de la gestión del gobierno socialista en la cuestión de los controladores aéreos en particular y del país en general.

El caos en el espacio aéreo español no es sino la consecuencia de la chulería e incapacidad del Ministerio de Fomento entrando como un elefante en una cacharrería en un conflicto que debería haberse abordado con prudencia y buen tino. En su lugar, se han tomado una serie de medidas, la última el viernes 3,  sobre las condiciones laborales de los controladores, que además de cuestionables jurídicamente – hay cientos de demandas en los tribunales-  han conseguido que se llegase a este enfrentamiento cuyas consecuencias todos conocemos.

Por otro lado, era imposible que los controladores militares sustituyesen a los controladores civiles al carecer de la habilitación necesaria y no contar con un número suficiente para hacer frente a la tarea.

Por eso, la fantasmada del gobierno, el órdago sobre arenas movedizas ha concluido en el decreto de estado de alarma, para obligar a los controladores a trabajar, incluso a punta de pistola. Incapaces de resolver el conflicto por la vía de la negociación y de preparar un plan B ha tenido que recurrir a una medida extraordinaria que pone en solfa las libertades de la ciudadanía. La autoridad competente se ha revelado francamente incompetente.

Es injusto, por parcial, estigmatizar a un colectivo que esta viendo como se machacan sus derechos laborales vía real decreto. La mayoría de ciudadanos desconoce sus jornadas, sus turnos, su disponibilidad y su retribución. Se les tilda de trabajadores privilegiados desconociendo absolutamente todo sobre ellos, dejándose llevar por la campaña de propaganda orquestada contra ellos, a la que no pueden ni contestar al no tener acceso a los medios de comunicación, máxime en un estado de alarma. Los controladores han metido la pata en este puente pero ¿no serán los privilegiados los políticos que no se ganan lo que cobran?

Un gobierno con este nivel de incompetencia no puede poner nuestra libertad en cuarentena, no nos fiamos. Ha llegado el momento de echarlos, ¡que se vayan!, España  ya no aguanta más.  Estos incompetentes se tienen que marchar de una vez.